En un mundo visual la primera impresión –y a veces la última- procede de la imagen que ofrecemos a los demás. El no saber sacar partido a nuestra imagen nos lleva a perder muchas oportunidades en nuestra vida social y profesional. Y lo que es peor, nos puede llevar a una pérdida de autoestima que nos incapacita para conseguir éxitos. Si una imagen vale más que mil palabras, una mala imagen nos lleva a perder más de mil oportunidades en nuestra vida.
¿Por qué se fracasa en la gestión de imagen a pesar de los esfuerzos personales? Los problemas más comunes van de la mano de la percepción que tenemos de nosotras mismas.
El mejor medio para quitar complejos y falsas creencias es el entrenamiento de la percepción. Mirar la propia imagen ‘descomponiéndola’ nos ayuda a saber compensar las líneas descendentes, armonizar los volúmenes de la apariencia, y reconocer los códiigos visuales de ésta. Lo que transmitimos con ella. Desechando así supuestos defectos de imagen, que son irreales. Se trata de características que se pueden embellecer fácilmente. Sólo se han de conocer las bases cient´ficias del embellecimiento y la armonía, como la proporción áurea ( el número de oro) y adaptarlo a la apariencia, como aconsejo en mi pequeño libro / manual: «No Imagen: Marca Personal, Salud y Belleza Científica».
De este modo se entrena la mirada, y poco a poco se eliminan los errores que más pueden perjudicarnos, al comunicar, por ejemplo, desaliño o falta de armonía, entre otras cualidades negativas.
Las equivocaciones en la gestión de lo que se ha dado en llamar la ‘Imagen de Marca Personal’ se cometen por la ausencia de un conocimiento científico de imagen.
El primer paso para evitarlo es conocer cada detalle de nuestra apariencia, y observar la de posibles referentes, en películas, fotogrfías, gente de nuestro entorno (sin hacer juicio de valor. con el máximo respeto), para ir construyendo, de modo consciente, nuestro ‘alfabeto visual’: Crear un grupo (abierto) de peinados, expresionaes faciales y corporales, vestuarios, etc., que transmitan nuestra ‘Marca Personal’ sin ‘adornos’ que se convierten en ‘ruidos visuales’, distorsionan nuestro mensaje y nos restan.
¡Suerte!
María A. Sánchez Para Womenalia